viernes, 30 de julio de 2010

Actos involuntarios

Las personas también nos dejamos llevar, quizás incluso demasiado, por nuestros instintos, actuamos por impulso. Un ejemplo claro son las lágrimas. Siempre me he preguntado, ¿Porqué lloramos cuando estamos tristes? ¿Lo hacemos porque nos han enseñado que el llanto va unido a la tristeza? ¿O lloramos por instinto, involuntariamente? Me decanto por esto último, pues, ¿Cuantas veces has llorado sin querer? ¿Cuantas veces has apretado los labios, fuerte, muy fuerte, pero aún así las lágrimas acuden a tus ojos? ¿Cuantas veces te has acostado, y cuando todos dormían, has llorado en silencio? ¿Cuantas veces te has puesto los auriculares, y al empezar esa canción especial, lloras sin poder evitarlo? ¿O cuando termina esa película cursi que tanto te gusta?¿Cuantas veces has parpadeado sin cesar para que tu mejor amiga no vea tus lágrimas? Porque, ¿sabéis? todo el mundo dice que llorar es humano, pero a nadie le gusta que le vean hacerlo; te hace sentirte pequeña, débil, vulnerable. No quieres que los demás sepan que sí, que nos afecta lo que dicen de nosotros, que cuando nos hacen daño nos duele. Pero tú lo escondes, finges que nada te molesta, que nada te afecta, que nada te duele; finges ser fuerte, cuando en realidad, estás rota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario